Década de 1830: El Federación en su momento más difícil


Un año sin liderazgo militar en 1830 con una estructura casi abandonada y desmantelado. A sólo cuatro años de su construcción el fuerte es solamente destrucción y miseria.  Se piden préstamo para el pago de sueldos de las tropas. En 1832 es designado el primer médico para la zona y un año más tarde llega Carlos Torres el primer sacerdote.


Los primeros años del Fuerte Federación significaron duras jornadas para aquel puñado de hombres acompañados por sus mujeres arrojados a una lucha sin cuartel y con la impenetrable decisión de afincarse y poblar. Todas las privaciones sufridas no mellaron esa firme determinación y así pudieron forjar el nacimiento de un Junín que ya va camino al bicentenario.

En 1830 el Fuerte está casi totalmente abandonado. La tropa es exigua y los aborígenes se encuentran en las proximidades siempre pronto para el ataque. No sabe a ciencia cierta quien ejercía la Comandancia ya que en los últimos meses del año anterior (1829) había cesado la jefatura de Escribano y su sucesor, el coronel Pedro Ramos se hizo cargo recién en 1831.

En ese año 1831 se hace imprescindible una reconstrucción del fuerte prácticamente desmantelado. Los trabajos respectivos son encargados a José María Cortina, comandante de las fronteras del Norte (VER MAS HACIENDO CLIK ACA)

En ese año se confecciona un plano del lugar. Lo hace Blas Mancebo con las aclaraciones relativas a las distintas dependencias y al estado en que se encuentran. A sólo cuatro años de su construcción el fuerte es solamente destrucción y miseria. Para el mes de noviembre, arriba el coronel Pedro Ramos designado nuevo Comandante.

En 1832 hacen falta diversos elementos y enseres para .las instalaciones de la tropa, que Ramos pide a la superioridad. También se solicita el reintegro de un dinero procurado en calidad de préstamo para el pago de sueldos del personal.

Se planifica la zona en que se repartirán las tierras para los primeros pobladores que deseen afincarse al amparo de la guarnición.

Al promediar el año se satisface el pedido formulado por Ramos, designando un médico para que se instale en ese punto.

En 1833, Juan Ramón Balcarce renuncia al cargo de gobernador y en su reemplazo asume Juan Josè Viamonte. Después de bastante tiempo en que se había reclamado el envío de un sacerdote, el Gobierno nombra Capellá Castrense para el Fuerte de la Federación al presbítero Carlos Torres hasta entonces Cura de Salto pero pasarían nueve meses para que se produzca el traslado al nuevo destino.


En este año, llega el general José María Flores (foto de la derecha), quinto comandante. Aquí estaría hasta 1835 en que se registra su pase a plana mayor activa.

Un año más tarde, en 1834, el Fuerte está reconstruido y casi todas las obras ejecutadas son para el albergue de las tropas, aunque se prevén los lugares en que deberán levantarse el almacén, el hospital y la botica, como asimismo los destinados para los ranchos de las familias de los soldados.

Se realiza un inventario completo de las dependencias y todos los artículos y existencias que se poseen.

Todavía no hay escuela, el presbítero Torres solicita el nombramiento de un teniente cura para el mejor desempeño de su misión y especialmente para la instrucción de los niños.


(Fuente: Revista Historia de Junín, Año 1 Nro. 4 Marzo de 1969.)

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