1836: Entre viruela, desertores y fusilamiento. Una dura vida de frontera

Quienes desertaban eran considerados traidores. La suerte corrida por cuatro soldados que habían huido de un campamento. Inseguridad en el Federación: robo en los almacenes del fuerte. Casi 800 personas habitaban el fuerte entre militares y civiles. Ilustración: Viviendas del federación. Extraído del libro "El Fuerte de la Federación", de Heberto Herel Lacentra.








La fuerza del regimiento 4 en federación en marzo de 1836, de 236 soldados. En el fuerte había cinco cuadras para la tropa, una pieza que servía de depósito para municiones, un galpón para guardar adobe, un horno para quemar ladrillos, un almacén y 29 ranchos en que vivían las familias de los soldados.

En 1836, los desertores eran severamente castigados pues se los consideraba como traidores. Debemos aclarara que estas deserciones no se debían, generalmente, a falta de valor de los milicianos. la causa principal residía en los rigores de la vida militar en la frontera que, en ocasiones, se hacía insoportable para la tropa.

Con indudable acierto y veracidad la habría de describir José Hernández en su "Martín Fierro", que además de pieza literaria se constituye en un documento de observación y estudio histórico y sociológico del gaucho, sus costumbres y su psicología.

Precisamente en el mes de julio fueron apresados en Federación cuatro soldados que habían desertado del campamento existente en la laguna Los Patos. La orden de Rosas no se hizo esperar: dos fueron inmediatamente fusilados y los estantes condenados a la pena de 300 azotes y prestar servicios tres años más en la frontera.

En septiembre se produce en el fuerte una grave epidemia de viruela haciéndose más peligrosa aún la enfermedad en razón de no existir ningún médico. Comprendiendo la terrible situación en que se encontraban los habitantes de Federación, Rosas dispuso el envío de un médico a la brevedad posible. Una vez más, se evidencia el singular estoicismo con que soldados y pobladores, sobrelleveban una vida plena de sacrificios y privaciones, bajo constantes amenazas de malones, enfermedades y hambre.

El 16 de diciembre, el edecán de Rosas dirigió al comandante de Federación la siguiente nota:

"El infrascripto ha recibido orden del Excmo. Señor Gobernador de la provincia nuestro Ilustre Restaurador de las Leyes Brigadier Don. Juan Manuel de Rosas avisar a ud. el recibo de su nota ayer en que da cuenta de hallarse presos en esa fortaleza tres desertores del escuadrón de línea 4 llamados Domingo Velo, Pedro José Barroso y Juen Fernando Rodríguez, habiendo desertando el primero de Melincué el año pasado llevándose un caballo patrio y los dos último de ese fuerte llevándose una tropilla de once caballos de oreja entera de propiedad de varios oficiales d mismo escuadrón y a más un cablo patrio los cuales no han aparecido hasta la fecha.

También adjunto copia de la clasificación de la superior resolución del destierro y de la filiación de cada uno.

Impuesto S.E. previene a Ud que luego de recibir esta disponga se les suministren los auxilios espirituales y que al siguiente día sin falta alguna, proceda a fusilarlos conforme a ordenanza, siendo prevención de que si no está bien el cura del punto y no pudieren, por ello confesarse, debe Ud. sin embargo, un tiempo indicado para que se encomienden a Dios nuestro Señor, fusilándolos a las seis de la mañana del día siguiente del recibo de esta orden".

(ARCHIVO GENERAL DE LA NACION S.V.C. XXVI A.3 legajo 6. Borrador de puño y letra de Rosas para su edecán).

El 15 de agosto comunicó Corvalán al gobierno haber encontrado la caja con los fondos pertenecientes al Regimiento 4 en una casa particular, donde se encontraba sin ninguna seguridad, depositándola en la casa del cura del fuerte después de haberla lacrado y sellado. Las llaves de dicha caja se hallaban en la casa del extinto comandante García.

A fines de 1836, Corvalán emprende la refacción de todas las obras del Estado existentes en el fuerte.

El 19 de diciembre se cumple la orden de Rosas siendo fusilados en la plaza los desertores del Regimiento 4 Domingo Belo, Pedro José Barroso y Juan Facundo Rodríguez.

En el mismo mes se produjo un importante robo en los almacenes del fuerte. Instruido el correspondiente sumario, Rosas ordenó los siguientes castigos: al soldado José María Silva, 300 azotes y 6 años de recargo en el servicio de a frontera, "previniéndosele antes que si vuelve a robar alguna otra cosa por pequeña que sea, será inmediatamente fusilado"; a los soldados Francisco Pereyra y Serafín Rivarola, 50 azotes y dos años de recargo cada uno. En lo que respecta a las mujeres, Juan Quiroga de Pereyra, María Rivarola y Dolores Zamorra, quienes intervinieron también en el robo, fueron castigadas con 20 azotes cada una.

CUANTOS HABITANTES HABIA EN 1836

Al finalizar el año 1836, se registra un ascenso en el número de pobladores, hecho halagador que coincide con las primeras medidas progresistas adoptadas por Corvalán..
La población total, excluída la tropa, alcanzab a 491 personas, distribuidas de la siguiente manera: 7 mujeres y 22 hijos de oficiales; 112 mujeres y 200 hijos de soldados. Pobladores: 24 hombres, 49 mujeres (esposas e hijas) y 76 hijos 

En cuanto a la fuerza militar era la siguiente:

Jefe de la plana mayor: Teniente Coronel José Corvalán.
Ayudante Mayor: Teodoro Martínez
Porta estandarte: Carlos Cañete
Fuerza efectiva:
Primera Compañía del Regimiento 4
Oficiales: Capitán Pablo Palacio, teniente segundo Carlos Fitzgerald, alférez José Cabrera y 115 soldados de tropa.

Segunda compañía

Oficiales: Capitán Agustín Valenzuela, teniente segundo Manuel Pérez, alférez José Moyano y 123 soldados de tropa.

En consecuencia, el regimiento 4 constaba, en total, de 238 soldados. Por su parte, el piquete de artillería estaba al mando de un teniente primero, un sargento y un cabo constando de 10 artilleros, en tanto que la compañía de Dragones se componía de 43 soldados.

Las obras existentes en el fuerte consistían en 29 ranchos para alojamiento de las familias de slos soldados, una cocina de material crudo para la tropa, cuatro cuadras para la misma, dos cuerpos de guardia de material crudo, un almacén, dos piezas para guardar sebo, un repuesto para pólvora, una casa para armería, un cuarto que servía de depósito de herramientas, cinco baluartes de la fortaleza, tres garitas para centinelas, la iglesia, la casa para el cura y la escuela 

El 13 de febrero de 1837, Corvalán envió a Rosas la nómina de los soldados carabineros del Regimiento número 4 y de la Companía de Dragones del fuerte que habían cumplido el tiempo fijado a su servicio, previniéndole que en la misma no figuraba el carabinero José Acuña "por ser enteramente inútil pues hace más de un año ya que este individuo se halla en la cama, tullido de pies y manos enfermo de aire paralítico" (Sic)

Rosas respondió por intermedio de su edecán: "En cuanto al soldado José Acuña puede continuar manteniéndose y tirando el sueldo del estado como se halle pues ya a un soldado enfermo no debe le gobierno abandonarlo, por o que los soldados buenos servidores son sus hijos como todos los demás que están en su caso".

El 11 de marzo es fusilado en la plaza, a las 9 horas, el soldado José María Silva, acusado de robo. Este soldado es el mismo que en su oportunidad fue castigado por idéntico delito, previniéndosele entonces que sería fusilado en caso de reincidencia.
(Fuente: Apuntes para la historia de Junín. 1947, René Pérez)

ADHESION 190 AÑOS DE JUNIN








































GRACIAS POR APOYAR LA DIFUSION DE LA HISTORIA JUNINENSE EN LA WEB
(Fuente: Manual de Historia de Junín - Autor: Roberto Carlos Dimarco - Año 1993)













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